Uno de los temas que ha estado rondando entre los medios estos últimos días es el de Julio Orozco, el joven que dice haber sido brutalmente golpeado por los agentes de seguridad de la empresa Vip’s en el pasado concierto de Los Fabulosos Cadillacs. Lo que todos discuten es si realmente fueron los vips quienes le pegaron o fue una barra brava, si fue por poguear o porque estaba borracho, si se quiso colar a otra zona o no, etc.
En primer lugar, en todo evento, ya sea masivo o no, debe haber personas que se encarguen de prevenir situaciones de riesgo y guiar a la gente en caso de alguna emergencia como un incendio, terremoto o algún tipo de accidentes. En los conciertos los vips están para resguardar la seguridad del evento, proteger a las personas, proteger al mismo artista, el show, y asegurarse que se cumplan las normas de seguridad y de comportamiento. Los vips están para protegernos, se supone.
En cuanto al público, estamos ahí para divertirnos y pasarla bien. La música es para gozarla, para bailarla y para sentirla, todas las culturas lo hacen de formas distintas. Lo mismo sucede con el rock, la forma de “bailar” en un concierto de metal, punk, balada o reggae no es la misma, y el pogo, por violento que parezca, es otra forma más de baile. Entonces, debemos entender las distintas formas de comportarse que hay en los conciertos; por ejemplo, en los conciertos hardcore el pogo consiste en golpearse desmesuradamente con los puños pero nadie se pica, es parte de la costumbre, es con buena onda. De la misma manera, los artistas esperan que la gente se comporte acorde a su música. Es un dar y recibir, tanto de parte del artista como del público. Imagínense un concierto de salsa en el que nadie baile.
Entonces, lo que sucede es que los vips muchas veces no entienden esto. Confunden la emoción y energía de la gente con alboroto y desborde. Lo importante está en entender cuándo es que alguien poguea con buena intención y cuándo se trata de un borracho que no respeta las costumbres (el ritual) y rompe con el orden. Lo que los vips tienen que entender es que esas chicas gritonas, esos jóvenes que se empujan, esos que cantan como endemoniados son parte del espectáculo. Un ejemplo de esto fue el concierto de Andrés Calamaro cuando el Salmón tuvo que golpear a un vip con el sujetador del micro para que deje en paz a una chica de adelante que exaltada en emoción, no dejaba de gritar; o también podemos recordar a Francis Hearly de Travis en el LHF diciendo “i wanna see everyone do the pogo” mientras esperábamos el último coro de Why does it always rain on me.
Ahora, también tenemos que entender que siempre hay un desadaptado que rompe con el “orden” y lo que hace es fastidiar a la gente. En los conciertos de rock, uno se puede dar cuenta fácilmente quiénes son los que están emocionados y saltan de forma adecuada y quiénes son los que se pasan de la raya y fastidian, muchas veces el exceso de alcohol y drogas es lo que causa esto. Quién nunca se ha encontrado con un borracho en el concierto que simplemente se pasó de la raya y empujó muy fuerte o hizo escándalo. Esto es lo que los vips deben diferenciar, entre lo que es parte del show y la costumbre (por más salvaje que parezca) y lo que se sale de lo adecuado y molesta.
Para terminar, tenemos que pensar siempre en las dos partes. Por un lado, los vips tienen que entender que la emoción expulsada en el concierto es parte del espectáculo y está bien porque es parte de la costumbre. Y por el otro, los vips hacen bien en sacar a la gente que se paso de tragos y aparte molestar a la gente, pone la seguridad en riesgo.
Los invitamos a que comenten si alguna vez han tenido una experiencia así, si fueron agredidos por un vip de seguridad, si fueron ayudados, si vieron como les bajaban plata para pasar a una mejor zona o cualquier cosa. Este es el espacio para que todos compartamos opiniones, experiencias, denunciar abusos o mostrarle a la gente que los vips no son los malos de la película ni tampoco unos ángeles. Ustedes tienen la palabra.